A veces crees que controlas el tiempo, y cuanto más lo haces, más imperceptibles son todos los momentos que te pierdes.
Momentos. No me gusta esa palabra, y me gusta menos aún cuando se acumulan en mi mente y me cortan el oxígeno. No me gusta quedarme sin aire y, sin embargo, cuanto más lo controlo más me invaden todos esos momentos. Se acumulan de golpe, se empujan, se alborotan, se mezclan, hasta que no les queda un hueco en la mente en el que meterse y entonces, ocupan mis pulmones.
Odio que me falte el aire al recordar. Al recordarte.
...Tantas noches, tantos besos, tanto sexo.
...Tantos sueños que nos quedaron por cumplir.
Aspiro el humo del cigarro silenciosamente. Me encierro en la habitación con mis momentos. Nuestros momentos. Fluyen por ella, dan vueltas. Los veo pasar delante mío, los huelo, los siento, pero cuando intento capturarlos se desvanecen entre mis manos.
¿Recuerdas cuando al día le faltaban horas para amarnos? Yo sí lo recuerdo. Y también recuerdo como a tu día le sobraron horas para estar conmigo.
Fuiste la razón de mi felicidad, para convertirte en la causa de mis desdichas.
Quiero primavera.
martes, 19 de enero de 2010
martes, 12 de enero de 2010
domingo, 3 de enero de 2010
anhelos
Acércate a mi. ¿Notas mi aliento?
Desliza tus labios suavemente por mi cuerpo, acarícialo con ellos.
Nota como el vello de mi piel se va erizando mientras un escalofrío recorre mis extremidades.
Saborea el momento, déjate llevar por los espasmos de nuestros cuerpos.
Deja que mis dedos te acaricien suavemente. Que se muevan solos al ritmo de tu palpitar.
Olvídate de todo, exprime mis sentidos.
Busca todo lo que anhelas, pero no olvides el fin: el placer más absoluto.
¿A qué esperas?
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