miércoles, 21 de julio de 2010

Como bien decía una canción "ha sido divertido, me equivocaría otra vez"
Y si, señores, volví a equivocarme aunque eliminando las connotaciones negativas que esta palabra provoca.
Volví a sentir, a soñar. Volví a sumergirme de lleno en algo que creía ya olvidado. Volví a ilusionarme y a notar de nuevo ese cosquilleo al verte.


Tras este paréntesis equivocatorio (aunque reitero, no tiene por qué ser malo) nos encontramos ante la encrucijada más dificil de nuestras vidas, una decisión a largo plazo que puede desbaratar por completo toda aspiración, que puede lanzarnos hacia la felicidad o condenarnos de nuevo hacia el abismo.



Lo único que tengo claro es que esto es un punto, no es ni una coma, ni siquiera un punto y coma. Es un punto clarísimo. El final de algo y el comienzo de otra cosa. La pregunta ahora está en saber si se trata de un punto aparte, o de un punto y final.




El tiempo nos lo dirá...

domingo, 11 de julio de 2010

Nunca la palabra indiferencia tuvo tanto sentido como lo tiene ahora.
La diferencia es que ella siempre era el sujeto activo de la oración, y no la persona que sufre la acción.

Quizá el problema está en no haber cerrado la puerta, y haber seguido permitiendo que él siguiera en su afán por convertirla en una sombra de sí misma. Pero la decisión la había tomado ella. No era una decisión muy meditada pero era una decisión, al fin y al cabo. Y la puerta tendrá que cerrarla en breve tiempo, y ya no quedarán espacios para que entre todo ese rencor.





Y en ese momento, la indiferencia adquirirá una nueva dimensión