Simples recuerdos

Recuerdo cómo me enamoré de ti.
Recuerdo como lo conseguiste, como te costó.
Recuerdo como esperaste, como hiciste lo imposible
- porque todo valía la pena con tal de conquistarte-

Recuerdo las noches después de un fin de semana sin vernos.
Recuerdo como se pasaban las horas sin dormir
Recuerdo tu voz repitiendo incansablemente que me querías.
Recuerdo tus ojos brillantes irradiando amor.

Recuerdo tus ojos convirtiendo el amor en odio, en reproche.
Recuerdo la ira en tus ojos, el miedo en los míos.
Recuerdo el creerme menos que nadie.
Te recuerdo diciéndome que era menos que nadie.

Recuerdo tu mirada de desprecio.
Recuerdo tus desprecios delante de la gente.
Recuerdo tu odio hacia toda la gente que me importaba.
Recuerdo mis gritos, mis llantos.

Te recuerdo diciéndome que estaba loca.
Me recuerdo lanzando cosas. Me recuerdo loca.
Te recuerdo riéndote de mis llantos.
Me recuerdo perdida.





Ahora he descubierto que amor no significa sufrimiento
ni sumisión, ni siquiera una pasión desmedida.
Significa que algo completa tu felicidad, simplemente la potencia.
Y nunca me había sentido mejor conmigo misma.

creyendo...

Porque al final, lo único que parece quedar claro es que para QUERER es necesario CREER

y que cuando eres la única que no se cree sus propias teorías te quedas detenida en un espacio totalmente sin amueblar buscando algo que vuelva a poner en marcha tu vida. Sin darte cuenta de que jamás has estado detenida, simplemente vagabas escéptica en círculos, aparentando a la vez estar perdida y conocer con exactitud el rumbo a seguir.

Escoger lo difícil para poder continuar con lo fácil muchas veces es una contradicción permanente. Pero la mayoría de la veces lo fácil, pese a convertirse en difícil, aportó una relajación más que necesaria. Y otras veces, lo que parecía sencillo, simplemente lo fue. 

Porque muchas veces da más miedo ser más feliz, que más desgraciada. Pero de momento cuento con muchos almohadones para amortiguar una posible caída desde más alto.

...Everything's gonna be allright...

y se fue la primavera...

Cuando todo comienza con fecha de caducidad
pero sigue siendo lo más bonito que te ha pasado en mucho tiempo.

Cuando desaparecieron las sonrisas torcidas,
cuando desapareció el desencanto
y se tiñó de luz la frialdad.


Cuando apareciste para irte pronto.
Cuando no dio tiempo a tantas cosas.



Cuando volví a ser especial.






[Seguiré bebiendo cervezas por ti
hasta que comience a disiparse tu ausencia...]

añorando la frialdad del invierno

Cuando no sabes si estás teniendo suerte o todo lo contrario.
Cuando el miedo vuelve a hacer acto de presencia.
Cuando quieres controlarlo todo

Pero sabes que es demasiado tarde...





Odio perder el control de las cosas, y menos cuando el futuro es todo menos halagador...








[Creo que ya no quiero primavera....]

Fue dos,

una,

media.

Fue risa,

ilusión,

llanto.

Fue ella, y fue otra.

Fue simple y complicada

pero siempre supo lo que quería.

(y eso no va a cambiar ahora)

Princesa de nadie

Me detengo a esperar algo.

una casualidad

que vuelva a poner en rumbo las cosas.

Mientras tanto, café con poco azúcar y situaciones sencillas. Gracias.

nostalgia de primavera

Cuando no sabes qué rumbo seguir simplemente te dejas llevar.

Dejas que te muevan las palabras, los gestos, o simplemente el frío.

O dejas que estos gestos, palabras o acontecimientos meteorológicos detengan tu camino. Pero siempre con la intención de seguir caminando hacia delante, hacia el objetivo final.

Sin embargo, cuando desconoces el objetivo, o lo conoces pero decides seguir dando uno y mil rodeos, o, simplemente, cuando pesa más el miedo que cualquier otra cosa, te detienes.

Te detienes mientras todo sigue su curso, mientras el resto del mundo avanza, mientras todo sigue girando.

Vagar sin rumbo no es elegante. Detenerse y esperar tiene algo más de poético. Te permite analizar y ver más detenidamente los movimientos que te rodean. Todo se mueve, todo cambia, todo sigue teniendo vida. Permite apreciar la belleza de las cosas con una perspectiva diferente.

Detenerse nunca es malo, pero puede convertirse en un problema cuando se convierte en un modo de vida.

[gira.gira.princesa]